jueves, 10 de junio de 2010

"Piedra, bala, cuchillo y machete, es el pan de cada día entre pandillas en Cali" (III)

Padre de tres hijos, amante del Rap y experto peluquero, Edison Caicedo de 34 años, era un integrante de la Pandilla “Los de la U”, del Barrio El Vergel, al Oriente de Cali, que luego de soportar abusos por parte de sus amigos de cuadra y del colegio, a raíz de una discapacidad en una de sus piernas, se vio obligado a ingresar a ella para que lo respetaran.

“El Chuco” o “Chucorap”, como se le conocía en la pandilla, relata que cuando tenía 14 años, no lo dejaban jugar fútbol, porque a todo momento le quitaban el balón y la pelota.

“A mi se me daño la mente y me llene de odio aún más, cuando mataron a un amigo coreógrafo varios encapuchados del mismo barrio, cuando empecé a cantar Rap con él. Yo los decía que algún día iba a crecer y que cuando me operara la pierna los iba a picar”.

Aunque no me confirmó si cumplió con la amenaza, si me reveló que a punta de machete –uno que su padre tenía guardado detrás de la puerta para defenderse de los ladrones- se hizo respetar de sus amigos de barrio.

Precisamente, en El Vergel, sector en donde se crió, se enfrentaban casi todos los días con otras pandillas como los de “El Hueco”, “Lecheros” y “Carrangueros”, entre otras, por defender su territorio de robos de zapatillas.

“A diario había piedra, bala, cuchillo y machete. Era el pan de cada día”.

Durante estos enfrentamientos, cuenta Edison, que mucha gente murió por balas perdidas.

“La pandilla nunca mato a gente de otras pandillas, pero si llego a caer inocentes por disparos que nosotros hacíamos”.

Edison, reconocido por hacer cortes americanos, con dibujos y barbas especiales, en su peluquería del Distrito de Aguablanca, me reveló que durante su permanencia en “Los de la U”, utilizaba una pistola Petroberetta de 18 tiros, la cual era de un trabajador de la antigua empresa de Aseo de Cali, Emsirva, que la dejaba guardada cuando se iba a laborar.

Luego de más 10 años en la pandilla, en donde consumió mucha droga -con la cual escribió canciones- dos hechos le hicieron recapacitar y dejar a un lado esa vida que llevaba desde los 14 años.

“Yo me mantenía desde las seis de la mañana hasta las once de la noche fumando en una cuadra que tiene forma de U –de donde salió el nombre de la pandilla- y un día llegó mi hijito pequeño a buscarme y desnudo. Fue terrible ese momento. Pero otro día, cuando llegue a la casa, mi hija me pregunto: papi usted porque vuele tan feo y tiene los ojos rojos”. Esos dos momentos hicieron que cambiara radicalmente mi vida”.

Ahora, Edison Caicedo –uno de los dos únicos sobrevivientes de la pandilla, de 40 que la componían- esta entregado a Dios y trabajando como coordinador de un Centro de escucha en la Comuna 21, dentro del Programa Cali sin Pandillas que adelanta la Universidad Santiago de Cali y la Alcaldía de Cali.

4 comentarios:

  1. Por eso digo que Cali es un cagadero. Que tristeza

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  2. Hola Juan Carlos,que bién que sigas promoviendo las crónicas que te han valido tanto reconocimiento.El próximo domingo 11 de julio en el coloseo María Isabel Urrutia, se hará una muestra del trabajo cultural y artístico dentro de un programa de intervención constante que se llama "Conviviendo sin pandillas" y que desarrolla Gobierno, Convivencia y Seguridad.

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  3. Me disculpan pero el teclado está fatal..y hasta la red que ahora anda lennnntaaaaa

    ( Corrección )

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