El pasado 26 de agosto de 2012, el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc firmaron el Acuerdo General para la terminación del conflicto y construcción de una paz estable y duradera.
Luego de más de seis meses de diálogos en la Habana, Cuba, tanto las Farc como el Gobierno pasaron de las aproximaciones a los acuerdos.
Pero en medio de esos ¨primeros acuerdos¨, sigue constituyéndose una amenaza contra el futuro de Colombia, el reclutamiento forzado y utilización de niños, niñas y adolescentes por parte de Grupos Armados Organizados al Margen de la Ley.
En febrero de 2013, la Defensoría Nacional del Pueblo advirtió que en 22 departamentos, entre ellos el Valle del Cauca, hay ¨Alto Riesgo¨ de reclutamiento y utilización ilícita de menores.
El Sistema de Información del Programa Especializado del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, indica que desde 1999 y hasta septiembre de 2012, se han atendido a 5.005 niños, niñas y adolescentes desvinculados de estos grupos, registrándose 194 desvinculaciones en lo corrido del presente año.
Entre esas personas desvinculadas, se encuentran historias desgarradoras de niños, niñas y adolescentes, que ahora en su mayoría de edad, pueden contar sus experiencias que vivieron en medio del espiral de violencia que vive Colombia.
Desde hoy y por espacio de seis entregas, escucharan la serie ¨Los niños, niñas y adolescentes de la guerra¨, en donde oirán testimonios de cómo estos menores y jóvenes cambiaron sus juguetes por armas y minas antipersona.
A continuación, en la primera entrega, escucharán el dramático relato de una joven de 19 años, que ingreso a la guerrilla cuando tenía 13 años, que fue obliga a abortar porque sino la fusilaban.
¨AK-47 y pistolas, fueron las armas y no los juguetes, que
acompañaron desde los trece a los 17 años a ESPERANZA, como llamaremos a una
joven que ingreso a los Grupos Armados Organizados al Margen de la Ley, como un
medio de protección, debido a la violencia intrafamiliar que vivía junto con
sus seis hermanitos, en una vereda al sur occidente de Colombia.
Durante ese tiempo, ESPERANZA, ahora desvinculada con 19 años y
madre de un niño de siete años, además de manejar armas, prestar guardia y
salir a explorar el monte, estuvo a punto de ser fusilada por quedar
embarazada.
El drama que vivió esta joven aún sigue, ya que busca desde hace
dos años a su madre, quien la hace muerta¨.